En un giro sorprendente de los acontecimientos, Atlético Tucumán ha decidido prescindir de los servicios del entrenador Lucas Pusineri, apenas semanas después de su tan esperada vuelta al club. La decisión se tomó debido a crecientes preocupaciones dentro de la directiva por conflictos internos y una ruptura en la comunicación entre Pusineri y los jugadores más experimentados del equipo.
Aunque su segundo ciclo comenzó de manera prometedora con una contundente victoria 5-0 sobre Sarmiento, las tensiones rápidamente se intensificaron fuera del campo. Fuentes cercanas al club revelaron que desacuerdos sobre decisiones tácticas y la elección de jugadores provocaron un ambiente tenso en el vestuario. Se comenta que la insistencia de Pusineri en un enfoque táctico rígido chocó con el deseo del plantel de mayor flexibilidad, generando fricciones difíciles de resolver.
El presidente del club, Mario Leito, se dirigió a los medios esta mañana y declaró: “Agradecemos las contribuciones de Lucas y la energía que trajo al equipo, pero la armonía dentro del plantel es fundamental. Los recientes desacuerdos rompieron ese equilibrio y, tras un análisis profundo, decidimos realizar este cambio por el bien del club”.
La noticia dejó atónitos a los hinchas, especialmente tras el entusiasmo inicial por el regreso de Pusineri. Muchos expresaron su decepción y enojo en redes sociales, culpando en algunos casos a la dirigencia por no darle al entrenador el tiempo necesario para consolidar su proyecto.
Por ahora, el asistente técnico Javier Soria asumirá el mando de manera interina mientras el club busca un reemplazo definitivo. Con la temporada aún en sus primeras etapas, Atlético Tucumán deberá moverse rápido para estabilizar al equipo y evitar mayores complicaciones.
El abrupto final del segundo ciclo de Pusineri en Atlético Tucumán evidencia la fragilidad del rol de entrenador, donde los éxitos en la cancha pueden quedar eclipsados por conflictos fuera de ella.
